Participamos de la celebración: «Fundación Temaikèn celebra 20 años en Osununú: Recorridos y experiencias para revivir la historia y proyectar el futuro de la reserva» que se llevó a cabo en la Reserva Natural Osununú (península del Teyú Cuaré, San Ignacio).
Siendo el área más poblada e industrializada de América del Sur, se posiciona como una de las más vulnerables y donde se concentran las mayores amenazas a la biodiversidad. El sistema del Paraná y la cuenca del Plata es una de las principales reservas de agua dulce del mundo. Además, el Río Paraná es un corredor natural entre nuestros sitios de trabajo, vinculando las ecorregiones de Selva y Pastizal y Delta e Islas del Paraná.
La Reserva Natural Osununú, en Misiones, tiene referencias históricas nacionales. Contribuye activamente a la investigación y conservación de su flora y fauna, asegurando un área intacta de selva nativa en una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo. Ubicada estratégicamente en San Ignacio, Osununú actualmente conserva 17 especies de murciélagos, siendo una de ellas única en el mundo, 168 hectáreas bajo protección y 1 estación de investigación en la cual conservan 10 especies de plantas endémicas adentro de la península.
En Osununú y los alrededores existen especies de flora de valor especial por su rareza como sabanas de urunday blanco (Acosmium subelegans), pastizales con pindocitos (Allagoptera campestris) y al menos 8 especies vegetales endémicas, es decir que solo habitan en esta parte del mundo. Sus paredones de altura alojan comunidades de plantas adaptadas a vivir en zonas rocosas muy pronunciadas. Especies endémicas en peligro crítico como Hedeoma teyucuarensis (o Mentita campera) y la Austrochthamalia teyucuarensis.





En 1992, la provincia de Misiones se convirtió en pionera al sancionar una ley de reservas privadas, fundamental para el surgimiento de Osununú. La Fundación Temaikèn gestiona actualmente la reserva bajo un convenio de 20 años con el gobierno provincial, firmado en 2013.
Osununú (lugar del trueno, o del ruido fuerte, en guaraní) es un sitio crucial para la conservación de los relictos del Cerrado en Argentina, un bioma poco representado en el país y de gran valor por su biodiversidad. La reserva protege una flora y fauna diversas, incluyendo especies endémicas y raras de las selvas de araríes, además de ser un refugio para diversas especies de murciélagos y mariposas. Protegen plantas endémicas que solo crecen en esta región y que reproducen en el propio vivero para restaurar pastizales.
Su superficie de 168 hectáreas linda con el Parque Provincial Teyú Cuaré (78 ha.), formando un área única con valores biológicos, geológicos, históricos y culturales. Conforma, junto con otras Áreas Naturales protegidas privadas, como el Club de Río y Club de Pesca y Náutica San Ignacio (Reserva Privada Luis Jorge Velázquez), un amplio corredor biológico que permite conservar el ecosistema local.
En 2013 fue declarada Área Importante para la Conservación de Murciélagos (AICOM) por parte de la Red Latinoamericana para la Conservación de Murciélagos (RELCOM) constituyéndose en la tercera área en la Argentina con tales características.
Representando a la Secretaría de Cambio Climático, acompañó la Licenciada María Lucrecia Villarquide; representantes de la Fundación Temaikèn: Sergio Guerra, Director General; Jerónimo Torresín, Coord. Programa Selva y Pastizal; Jimena Grisolía, Especialista en Educación para la Conservación; Paula González Ciccia, Directora de Conservación, Educación e Investigación. Por el estado provincial: Viviana Rovira, Presidente IMiBio; Martín Recamán, Ministerio de Ecología y RNR; José Martín «Joselo» Schuap, Secretaría de Cultura; Ministerio de Turismo; Dardo Martí, Decano de la FCEQyN – UNaM; Astrid Baetke, Diputada Provincial y representantes de Parques Nacionales; Club de Río e Investigadores.

