La Bajante del Río Paraná es una Muestra del Cambio Climático

La Subsecretaria Silvia Kloster, encuadra esta situación en el cambio climático y en las acciones del hombre que impactan, sin mitigaciones, en el ambiente.

La bajante del río Paraná y de otros ríos de la Cuenca del Plata, como el Paraguay, es la evidencia de que el cambio climático muestra su impacto. Los ríos disminuyen su caudal porque falta de lluvias en las cuencas, este fenómeno es atribuido al calentamiento global y a la desertificación: al haber menos bosques, llueve menos. Esta situación de emergencia hídrica se extenderá, al menos, hasta diciembre.
El ingeniero Juan Borus, del Instituto Nacional del Agua, que calificó al fenómeno como “una evidencia” del cambio climático, comparable a la bajante de 1944 y que tendería a recuperar su caudal recién para el verano 2021.
Todos los especialistas de la región coinciden con que los principales motivos de esta bajante son el aumento de la demanda hídrica, el uso de la tierra y la prolongada sequía severa que afecta la parte alta de la Cuenca del Paraná, en el sur de Brasil.

¿Qué está pasando con esta bajante histórica del río Paraná, el Paraguay y el Iguazú?
-Ya hace unos años hubo una bajante importante, pero este año puntualmente, ha sido mucho más significativa la reducción del nivel de los ríos…

-En cantidad y en tiempo…
-Así es. Es debido a la falta de lluvia en la cuenca alta de los ríos. Esto se debe en parte al calentamiento global y a la desertificación; al haber menos bosques, llueve menos. Esto tiene una relación con todo lo natural, con los ciclos naturales de las lluvias. Entonces, la bajante de este año es muy importante. Por eso estamos en una situación de emergencia hídrica. La Nación planteó esta problemática y Misiones se sumó a reglamentar o proponer a los organismos de aplicación que vean cómo atienden esta situación. Porque al efecto lo sufrimos no solo la naturaleza, los animales, sino los seres humanos, por el uso doméstico, el uso industrial, el transporte comercial.

-Un impacto económico además del impacto biológico.
-Si, además del impacto en la naturaleza en sí, el impacto económico. Pero fundamentalmente, en lo que respecta al consumo del agua, en relación directa al ciudadano. Hay que tener mucho cuidado con el consumo doméstico e industrial del agua. Es una cuestión preocupante porque algunos pronósticos indican que va a haber una sequía prolongada, o por lo menos no va a llover lo que se necesita para cubrir esta demanda y para que los ríos vuelvan a tener el caudal habitual.

«Está cambiando el régimen de lluvias. Estaba pronosticado que probablemente en lugares donde llovía más tiempo, llueva mucha cantidad en menos tiempo. Es la tendencia de cómo será el clima en el futuro, los escenarios climáticos con épocas de sequías más prolongadas»

También es responsable el vecino…
-Nuestras acciones siempre impactan en el ambiente. Y cuando hablamos de los recursos, hay que ser conscientes de que no podemos utilizar el agua de una forma irresponsable: tenemos que usar el agua, pero midiendo y sabiendo que hoy más que nunca, el agua tiene que ser de uso bastante restrictivo. Sobre todo, para cuestiones que pueden ser más secundarias como lavado de autos o cosas bien domésticas como la limpieza de la casa. Hay que tener mucho cuidado con esto. Y si tenemos una pérdida de agua, atenderla. Tener esas pequeñas conductas que suman. No desperdiciar el agua, ni tampoco la energía. 

Ahora tenemos la figura de la emergencia hídrica.
-Sobre todo lo que es la situación de las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay e Iguazú, con el impacto en las provincias de Entre Ríos, Formosa, Corrientes, Misiones y parte de Buenos Aires; toda la cuenca. Por supuesto que hay lugares más complicados, por los puertos. Hemos visto cómo está la bajante en Rosario, Santa Fe, en Buenos Aires. Los puertos están muy impactados porque hay que ver como se desarrollara el transporte comercial que se movilizaba por las vías navegables, que es sumamente importante.

«Esta situación es desde donde lo miremos preocupante respecto de la naturaleza y el impacto en toda la actividad humana.»

-¿Qué implica la figura de la emergencia?
-Además de lo que te decía, a nivel provincial el decreto pone en cabeza de las áreas de Economía y del Instituto Misionero del Agua la atención de esta crisis. Que programen cómo se atiende a las zonas ribereñas más afectadas, con las tomas de agua potable. La industria también, pero sobre todo para el agua potable. La emergencia establece esa manda, para que estos organismos vean, con sus equipos técnicos, cómo atienden puntualmente a Misiones, y lo mismo lo hace el Decreto nacional con otras áreas porque la cuenca, los ríos, transitan por cinco provincias.

-El Paraná registra el menor nivel en 77 años.
-Sí, ha bajado muchísimo. Vemos la bajante desde la costa del río, pero río arriba es mucho peor. Nuestra ubicación, en Posadas, deja ver el río con mucho caudal, pero más al norte, es crítico. El río Paraguay también, como el río Iguazú, habrá que consumir agua con esta mirada solidaria y responsable. Además del agua, después aparece el tema del fuego, de la sequía. Porque la falta de lluvia no impacta solamente con la bajante del río. En el verano esto va a seguir y aumentara el riesgo de fuego, ya que la característica natural de Misiones en particular es su humedad, es muy permeable con las temperaturas y obviamente con la sequía mucho peor.

-¿Esto es de lo que hablábamos cuando hablamos del cambio climático?
-Exactamente, cuando hablamos de cambio climático, esta es una de las problemáticas que trae el cambio climático, los impactos, las consecuencias. La mala gestión del hombre, que impactó en este cambio natural que tiene la tierra; al pasar por distintos ciclos, el hombre profundizó su actividad indiscriminada, con las emisiones de gas, con esto de pensar que los recursos son infinitos, con esta falta de responsabilidad que tenemos, que se dio a nivel global porque no es una cuestión actual, esta problemática viene de hace 100 años, o más. Hoy somos más habitantes, necesitamos producir más, y la gestión de los recursos se considera como hace cien años atrás. Pero tenemos la necesidad de cambiar nuestra matriz productiva como decimos siempre, nuestra relación con la naturaleza y nuestra responsabilidad como ciudadanos. Así que es un llamamiento fuerte a la responsabilidad del ciudadano, el político, el empresario. Acá estamos todos. No tenemos diferencias. La falta de agua impacta, y la emergencia hídrica, o el estrés hídrico que algunos lugares tienen desde hace tiempo impacta a todos los ciudadanos, no hace distinción de ningún tipo, así que es un llamamiento también al ciudadano, más allá de la gestión pública o política.

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