Se trata de la especie más amenazada de Argentina. Durante tres jornadas, se evaluaron estrategias para el manejo de las poblaciones remanentes en Misiones junto al equipo del Ministerio de Cambio Climático.
Especialistas del CONICET participaron de la organización de un taller para la conservación del mono aullador rojo (Alouatta guariba), la especie más amenazada de Argentina y que habita únicamente en la provincia de Misiones. La actividad fue desarrollada en el marco del Plan Nacional de Conservación de Primates, que fue aprobado en 2021 y que establece una serie de medidas para evitar su desaparición.
El taller se realizó en Puerto Iguazú del 24 al 26 de abril en el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMIBIO) y fue coordinado por la investigadora independiente del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), Luciana Oklander. También participaron representantes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, del Ministerio de Cambo Climático y Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la provincia de Misiones, además de guardaparques, referentes de ONGs y fuerzas de seguridad.
Se estima que en la provincia de Misiones sólo quedan entre 30 y 50 individuos del mono aullador rojo, por lo que la necesidad de acciones de protección y recuperación es urgente. Los recurrentes brotes de fiebre amarilla de las últimas décadas y la pérdida del hábitat por la desaparición de bosques nativos son algunas de las causas de esta crítica situación.
Durante el taller, que contó con la participación de especialistas de distintas unidades ejecutoras del CONICET y de instituciones científicas de Brasil, se realizó un análisis exhaustivo de la información científica existente y se evaluaron estrategias para el manejo poblacional de la especie. Como resultado, se conformó un comité de gestión y se consensuaron medidas para restaurar las funciones ecológicas en los ecosistemas que habitan estos monos, así como también para recuperar su valor cultural entre las comunidades locales, destacando su rol como centinela de enfermedades o como dispersores de semillas.
Cabe señalar que antes de este taller presencial que se realizó en Misiones y que reunió a representantes de diversos sectores, en diciembre de 2022 se realizó un encuentro virtual. De esta instancia participaron facilitadores de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Los resultados del taller, destacaron los organizadores, sentarán un precedente para el diseño de protocolos de políticas de manejo o reintroducción de especies basados en consensos multisectoriales y evidencia científica. Se espera que este modelo de trabajo sea replicado para otras especies.
El Plan Nacional de Conservación de Primates de la Argentina fue aprobado a través de la Resolución 430/2021 que establece una serie de medidas que apuntan a reducir el impacto de las amenazas sobre las especies que habitan en el país. El proyecto empezó a gestarse en 2019 en Corrientes durante un taller del que participaron equipos del CONICET y del Ministerio de Ambiente de la Nación, además de representantes de otros organismos estatales y ONGs.
El plan tiene siete objetivos y comprende 32 acciones que están a cargo de diferentes responsables, entre los que se cuentan investigadoras e investigadores de distintas dependencias del CONICET. La coordinación nacional está a cargo de la Dirección Nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y la representa Silvana Peker y la coordinación ejecutiva está a cargo de Martín Kowalewski, investigador del CONICET en la Estación Biológica Corrientes del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE).
En distintas ecorregiones de Argentina habitan cinco especies de primates no humanos y todas se encuentran bajo alguna categoría de amenaza a nivel nacional, con poblaciones locales en declive. El mono aullador rojo (Alouatta guariba clamitans) es el más comprometido y se considera en peligro crítico, mientras que el carayá (Alouatta caraya), el mirikiná (Aotus azarae), el caí negro (Sapajus nigritus) y el caí de las yungas (Sapajus cay), se encuentran en estado vulnerable.