Custodiamos, casi en su totalidad, lo que queda de remanente continuo de selva del Bosque Atlántico. Este bosque era el segundo pulmón verde más extenso de Sudamérica, solo comparable con el Amazonas. Esta ecorregión selvática es una de las más diversas del mundo pero desafortunadamente también se encuentra gravemente amenazado y necesita de nuestra ayuda.
Desde 1990 se han descubierto más de 30 especies de mamíferos, nueve especies de aves y alrededor de 100 especies de ranas. Además, ofrece servicios ecosistémicos variados, entre ellos: limpiar el aire y ayudar a regular el clima, proteger los suelos, permitir la polinización y generar alimentos, medicamentos y agua potable.
A pesar de su relevancia, es uno de los bosques más amenazados del planeta. Solía distribuirse entre Brasil, Paraguay y Argentina pero durante los últimos 500 años ha sido alterado mediante el desarrollo de infraestructura, la agricultura y los monocultivos. Actualmente queda menos del 10% de su extensión original y su mayor remanente continuo reside en la provincia de Misiones, Argentina, que solía contar con el menor porcentaje.
La provincia de Misiones es parte del Bosque Atlántico. Tal vez no escuchamos mucho sobre él porque se ha talado el 95%, pero tiene un récord mundial: 453 especies de árboles distintos por hectárea y solían vivir 1.600.000 de especies de animales. Pero una sola especie, la humana, se ocupó de talarlo para poner cuidades encima y pavimentarlo. Hace 100 años, Argentina era el país con menor porcentaje de Bosque Atlántico, después de Paraguay y Brasil. Hoy, 100 años después, eso se dio vuelta. Actualmente, Argentina es el país con el remanente continuo de Bosque Atlántico o Selva Paranaense de mayor superficie. Y eso es gracias al pueblo misionero.
Exposición del ministro durante celebración del 5° aniversario del Acuerdo de París